Vivimos acelerados, pensando siempre en ese concepto abstracto que no se ve y no podemos tocar: el tiempo. Somos esclavos del "tengo que..." o del "no tengo tiempo para...", y, a veces, nos olvidamos de vivir de verdad, de disfrutar del momento, de convertir nuestro tiempo en 'tiempo de calidad', de invertirlo bien y con quien de verdad lo merece. Juega. No dejes de hacerlo nunca. Juega solo/a, con amigos/as, en familia, con tus hijos/as... Tenemos la mala costumbre de pensar que "jugar es cosa de niños" o, peor aún, que "jugar es perder el tiempo", y no. No hay edad para disfrutar de un buen rato mientras nos beneficiamos de ello. Si tienes hijos/as... Aprovecha para jugar con ellos/a s. Ese tiempo invertido es tiempo de calidad, de cohesión, de crecimiento personal y familiar, de aprendizaje, de bienestar. Adapta el juego a su edad y ayúdalos a crecer : haz de indio, de cocinero, de marinero, de pirata, de maestro..., dedica un día a
Hay rutinas que no deberían perderse nunca. Rutinas que crean momentos mágicos, que aportan seguridad a nuestros pequeños y satisfacción a los mayores. "El cuento de buenas noches": Ese hábito tan sencillo, pero a la vez tan especial, que nos aporta muchos más beneficios de lo que cualquiera pueda creer. - Somos ejemplos a seguir . Si nos ven leer, ellos copiarán, y leerán también. - Con las historias que les contamos, estamos proporcionando herramientas para enfrentarse a situaciones cotidianas. - Creamos un momento de unión, de cohesión familiar, de estabilidad y bienestar . - Invertimos tiempo de calidad con nuestros hijos e hijas. Ese tiempo tan necesario que a veces ocupamos en actividades que no nos aportan (redes sociales, trabajo atrasado...) - Acompañamos emocionalmente a nuestros pequeños. Ayudamos a paliar sus miedos, a gestionar emociones, a proporcionar seguridad... - Ayudamos a que descansen más y mejor. Acostumbrarlos a esta rutina, hará que les cueste m